Con el reparto de tiempos se espera que la flota pierda en las horas punta hasta 2.000 vehículos.
Urbana y Mossos controlarán la aplicación de una medida que la administración revisará cada mes.
CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
BARCELONA
Barcelona tiene taxis por encima de sus posibilidades. Eso es así desde que la crisis es crisis; desde que el sector empezó a notar que daba vueltas por la ciudad con el verde encendido sin que ningún brazo se levantara más que para mirar la hora en el reloj. La facturación les ha bajado entre un 15% y un 30%, según si preguntan a la Administración o al propio gremio, y sus servicios son considerados cada vez más como un bien de lujo al alcance de muy pocos. Así las cosas, el miércoles se pondrá en marcha un sistema de turnos destinado a retirar de las calles entre 750 y 2.000 vehículos (en hora punta), con el objetivo de repartir mejor un pastel que ya casi es un pastelito.
Dos pinceladas para los que no conozcan este mundo: en primer lugar, el taxi acumula una década de guerras internas que han hecho imposible que el sector avanzara en dirección alguna, y en segundo lugar, la ley del taxi, que de algún modo liberalizaba la actividad del sector, se ha convertido ahora en una losa que ha obligado al Instituto Metropolitano del Taxi (IMT) a saltarse las peleas de gallos para poner algo de orden. Así fue como el pasado mes de febrero se realizó una consulta en la que los propietarios de las 10.480 licencias activas debían decidir cuál era la mejor manera de capear el temporal. Se votó por los turnos de mañana y tarde, algo que nadie, o muy pocos esperaban que ganara. A partir de ahí, varias consideraciones legales obligaron al IMT a variar el plan, detalle que estuvo al borde de generar otro cataclismo entre facciones.
MENOS HORAS, MEJOR SERVICIO / La nueva organización por turnos (ver detalle en el gráfico) no debería afectar a los usuarios. Quizás notarán que hay menos hileras de taxis circulando en marcha lenta; o menos taxistas hacinados en las estaciones; o menos chóferes, por qué no admitirlo, de mal humor por tener que hacer jornadas de trabajo de hasta 16 horas. Al fin y al cabo, un profesional contento es un trabajador que ofrece un mejor servicio, aunque en este caso se atente –alguien de dentro podría verlo así– contra la histórica libertad horaria del taxi.
Aunque resulte algo lioso, en resumidas cuentas se trata de tres turnos en los que las licencias pares e impares se irán intercalando cada mes. Una de las opciones que más éxito ha tenido es el T3, incorporado a última hora a petición de las organizaciones del sector y que permite hacer el taxi de 7.00 a 19.00 horas o de 19.00 a 7.00 horas. Eduard Ràmia, gerente del IMT, explica que cerca de 4.000 autónomos se han acogido a esta fórmula. El resto de vehículos explotados por un solo conductor han elegido entre las 4.00 y las 14.00 horas y las 14.00 y las 24.00 horas. En el caso de los coches con doble turno, explotados por dos taxistas, la pegatina T2 les permite salir a la calle entre las 7.00 y las 17.00 horas o las 19.00 y las 5.00 horas.
CONTROL POLICIAL / El IMT solo dispone de cuatro inspectores que suficiente trabajo tienen con controlar el aeropuerto, la estación de Sants o la zona de llegada de cruceros en el puerto. Sin posibilidad de ampliar la plantilla, el instituto ha solicitado la ayuda de las fuerzas de seguridad para asegurar una correcta aplicación de los turnos. De este modo, tanto la Guardia Urbana como los Mossos d’Esquadra ya han sido informados sobre las nuevas categorías, y también serán ellos los que se encargarán de que ningún taxista salga a trabajar cuando no le toca. Tanto la policía autonómica como los agentes locales disponen de unas chuletas con las que poder identificar cada turno, una herramienta que vendrá muy bien durante estos primeros meses en los que todos los actores implicados irán algo despistados.
Ràmia, quizás empujado por el peso de un década de desavenencias, no descorchará el cava hasta que hayan pasado unos meses. De hecho, como gerente precavido que es, ha pactado con las organizaciones del gremio celebrar una reunión mensual para analizar el avance de la medida. Se estima que los turnos sacarán de la calle entre 750 y 2.000 vehículos, la cifra perfecta –Barcelona tendrá un mínimo de 6.000 taxis circulando– para que la demanda y la oferta se equilibren y el chófer pueda evitar esas jornadas laborales de infarto que le tenían hasta 16 horas al volante. «Hay gente que cree que esto será un circo. Demostraremos que se equivocan», desafía Ràmia.
Con la aprobación de las tarifas, que aumentan de media un 3,3%, el sector debería experimentar con la entrada de los turnos una senda alcista tras un lustro en el que nada se ha movido a pesar de los muchos intentos por poner de acuerdo a la lista inacabable de siglas que representan al sector. Lo que este año no se ha logrado solucionar es el asunto del precio único para las carreras al aeropuerto de El Prat. La oposición frontal de alguno de los sindicatos ha llevado al IMT a dar un paso atrás en una de las decisiones que habría sido quizás más importante que la propia implantación de los turnos. Será, sin duda, el tema principal de cara al 2014.
Se habría dado un paso definitivo en la lucha contra las comisiones a los hoteles, que aceptan una propina a cambio de entregar las carreras a ciertas radioemisoras. Son muchos los turistas que llegan a la terminal y se encuentran con una tarifa hinchada para compensar el pago al botones. Como hay prisa, tragan, pero se llevan un mal recuerdo de Barcelona.
Fuente: e-Periódico
Fuente: e-Periódico
No hay comentarios:
Publicar un comentario